Puesto que nuestra vida está llena de problemas, pareciera que es más fácil rebajar el concepto de Dios.
Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarlo. Los cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo. Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.
– Job 2:11-13
No rebajemos el concepto de Dios, mejor elevemos nuestra fe
Puesto que nuestra vida está llena de problemas, necesitamos recordar que siempre habrá más. Job lo reconoce: «El hombre nace para el sufrimiento, así como las chispas vuelan hacia arriba» (Job 5:7) y tiene toda la razón. Los problemas son inevitables y por eso usted no debe sorprenderse. Esté consciente que nuestro adversario, Satanás, anda suelto.
Por vivir en un mundo caído, puede ser que quienes nos aman nos den consejos equivocados. En los muchos años que he vivido, he recibido, en varias ocasiones, consejos errados de personas bien intencionadas y que me aman realmente. Eran sinceras, pero estaban equivocadas. No es que quisieran actuar mal, pero lo hicieron. Ya que Dios es soberano, debemos estar preparados para la bendición como para la adversidad. ¿Quiere que le dé un consejo? No se desilusione.
Debemos estar preparados para la bendición y también para la adversidad, porque Dios es soberano.
Nuestro Dios no tiene la obligación de dar explicaciones de lo que hace. Él no tiene que entrar en la habitación de un hospital, y decir: “Déjame darte cinco razones por lo que le sucedió esto a tu hijo”. Entiéndame bien: Dios está lleno de compasión, pero su divino plan a largo plazo está más allá de nuestra comprensión humana a corto plazo.
Por eso, digamos como Job: “Oh, Señor, confío en ti. No sé por qué me está sucediendo esto. Si es algo que debo aprender, excelente. Si es algo que otra persona debe aprender, maravilloso. Sólo te pido que estés conmigo hasta el final. Mantenme cerca de ti. Sostenme. Ensánchame. Transfórmame”.
“Es más fácil rebajar nuestro concepto de Dios, que elevar nuestra fe a tal altura” escribe un agudo autor, y luego añade: “Observaremos la lucha a medida que la fe de Job es puesta a prueba de todas las formas con toda tentación, para ver que la causa de su desgracia es algo que no se puede comparar con Dios”. El Señor tiene el control de manera total, completa y absoluta. Acepte, por favor, y sométase a esta enseñanza.
¡Qué magnífico es encontrar a personas que confíen en Él hasta el final del valle de lágrimas que atraviesan, y que digan: “Alabado sea su nombre!” No soy capaz de entenderlo. No sé cómo explicarlo. Sin embargo, alabado sea su nombre. Eso es adoración a su más alto nivel.
Autor: Chuck Swindoll
Fuente: BBN – Red de Radiodifusión Bíblica