Siempre que se acercan estas fechas de «Fiestas» se vive un ambiente de imprudencia, desesperación, estrés, consumismo, violencia, enojo, poca tolerancia, entre otras cosas. Nada que ver con la «paz y amor» que dice algún villancico por ahí. A veces pienso: «claro, no es para menos que casi todos estemos inmersos en esta locura. Tomando en cuenta que todos estamos pasando por una situación similar de estrés». Terminando el año, haciendo preparativos para fiestas, cerrando procesos laborales, preocupándose por cenas y regalos navideños, terminando años escolares o exámenes universitarios. Incluso pensando en escapar del calor agobiante de la ciudad y los tacos. Por otro lado las ansiadas cercanas vacaciones. Un mes de poner punto final a un año y esperar que el próximo sea mejor. Pero ¿Será mejor? ¿Será mejor si terminamos este mismo año llenos de estrés, de rabias y queriendo solo escaparnos para que termine? ¿Eso hará que nuestro próximo año sea distinto y sea mejor? ¿El cambiar de un año a otro es lo que realmente puede provocar un cambio para bien en nosotros y en nuestras vidas?
No sé tú, pero al único que yo conozco capaz de cambiar vidas. Cambiar actitudes, vicios, temperamentos, malas costumbres, aliviar depresiones y capaz de convertir lo malo en algo bueno, es Jesús. Quizás tú puedas pensar: «¿Qué tiene que ver Jesús conmigo? ¿Qué tiene que ver Dios con mi vida y mis decisiones?» Y te entiendo, siempre es más difícil lograr entender algo que no conoces y que no has experimentado. Por lo mismo es difícil de creer, pero, para muchos de nosotros incluso para mi alguna vez también fue así. También nos negamos a recibir a Cristo, a tratar de entenderlo o siquiera escucharlo. Siendo que una vez lo conocemos o simplemente lo escuchamos, nos damos cuenta que él solo nos quiere ayudar. Que solo quiere enseñarnos. Quiere mostrarnos que es lo que podemos hacer, para realmente cambiar nuestras vidas y ser mejores. Una vez que entiendes esto, puedes comenzar a realmente a cambiar.
Pero también entiendo que frente a esta posibilidad digas «No, eso no va conmigo», «Yo nunca», «tú no me conoces tengo muchas cosas malas». Y claro que debe ser así, todos las tenemos (como dice la Biblia somos pecadores). Pero como ya te dije Dios es bendito y Él es capaz de perdonar, cambiarnos y volvernos nuevas criaturas. Él siempre está dispuesto a darte otra oportunidad, siempre y cuando tú la quieras tomar. Creer depende de ti. Y si realmente quieres algo nuevo y bienestar para tu vida, ya sabes con quién puedes contar no solo en navidad.
O siempre puedes seguir esperando a ver qué pasará el próximo año…
“Pues, Hay un Dios y un Mediador que puede reconciliar a la humanidad con Dios, y es el hombre Cristo Jesús.”
– 1 Timoteo 2:5 / NTV
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Autor: José M. Torres R.
Imagen: Pexels
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