Día 5 Adviento
Podríamos pensar que si Dios gobierna el mundo hasta el punto de usar el censo de todo un imperio para llevar a María y a José a Belén, entonces sin duda podría haberlos provisto de una habitación en el mesón.
Sí, podría haberlo hecho. También Jesús podría haber nacido en una familia rica. Podría haber convertido la piedra en pan en el desierto. Podría haber llamado a una legión de diez mil ángeles para que lo ayudaran en Getsemaní. Podría haber bajado de la cruz para salvarse a Sí mismo. La cuestión no es qué podría haber hecho Dios, sino qué quiso hacer.
La voluntad de Dios era que, aunque Jesús era rico, por nosotros se volviera pobre. Los anuncios que decían “No hay habitaciones disponibles” de las posadas de Belén fueron por nosotros.
“Por amor a ustedes se hizo pobre” — 2Corintios 8:9
Dios gobierna todas las cosas, incluso la capacidad de los hoteles, por amor a Sus hijos. El camino al Calvario comenzó con un cartel que decía “No hay habitaciones disponibles” en Belén y terminó con los escupitajos y burlas de la cruz en Jerusalén.
Y no debemos olvidar Sus palabras:
“Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz” — Lucas 9:23
Vamos junto a Él por el camino del Calvario y lo oímos decir:
“Acuérdense de la palabra que Yo les dije: ‘Un siervo no es mayor que su señor’. Si me persiguieron a Mí, también los perseguirán a ustedes” — Juan 15:20
Al que clama con entusiasmo: “¡Te seguiré adondequiera que vayas!”, Jesús le responde: “Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos… pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza”.
Dios podría haber provisto a Jesús de una habitación en el momento de Su nacimiento. Pero eso hubiera sido un desvío del camino hacia el Calvario.
No hay desvío del Calvario
Fuente: Citas Bíblicas Biblia de Las Américas y Reina Valera 1960. | "Buenas nuevas de gran gozo" 25 días de Adviento de John Piper