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11 diciembre 2017 Si se te acercara alguien en la calle y te dijese que te trae un mensaje de salvación, probablemente lo primero que pensarías es de qué lo están tratando de salvar. De hecho, lo más probable es que no sientas que estés ante ningún peligro inmediato. Primero que todo, veamos qué significa la palabra salvar. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), salvar significa “Librar de un riesgo o peligro, poner en seguro”. ¿Cuál es ese riesgo inminente del que se le quiere librar? Y sobre todo, ¿quién sería el salvador? Hace casi unos dos mil años, el sacerdote judío Zacarías (Padre de Juan el Bautista), en oración a Dios dijo:

“Bendito el Señor Dios de Israel,
Que ha visitado y redimido a su pueblo,
Y nos levantó un poderoso Salvador
En la casa de David su siervo,
Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio;
Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron;
Para hacer misericordia con nuestros padres,
Y acordarse de su santo pacto;
Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre,
Que nos había de conceder”
– Lucas 1:68-73

Por cientos de años, los profetas del antiguo Israel anunciaron la llegada de un Salvador, y el sacerdote judío Zacarías, alababa a Dios porque finalmente el nacimiento del Salvador estaba por cumplirse. Pero nos hacemos nuevamente la pregunta, ¿de qué se nos está salvando? La carta a los Romanos 3:23 nos dice: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Como herederos del pecado de Adán y Eva y practicantes del mismo, todos somos pecadores ante Dios y no reunimos Sus requisitos de santidad, por lo tanto la consecuencia natural de nuestro pecado es la muerte: “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). Pero la historia no termina allí, ya que tendremos que enfrentar a Dios en el Día del Juicio y dar cuenta de nuestras vidas: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Romanos 6:23”. ¿Cómo evitar este destino adverso? El apóstol Juan nos explica en Juan 3:16: ”Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Por eso Zacarías en su oración dice que Dios es un Dios de misericordia, porque no desea que muramos, sino que seamos salvados de la destrucción eterna. Su misericordia es tan grande, que envió a Su Hijo a morir en nuestro lugar, no porque lo mereciéramos, sino porque nos ama: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.” (Efesios 2:8) Tradicionalmente, las personas en navidad se hacen regalos unos a otros, pero el regalo más grande de la historia ya lo hizo Dios al darnos a Su hijo en la cruz.

¿Rechazaremos su regalo? La decisión es suya.

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Autor: Jorge Flores
Imagen: Mike de Pexels

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